El clima es el resultado de una compleja interacción entre varios elementos y factores, por ello, una pequeña modificación altera todo el sistema. En 1988 la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) crearon el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés). Este grupo, conformado por científicos de todo el mundo, presenta periódicamente evaluaciones sobre los avances en el conocimiento sobre el sistema climático, la variabilidad climática y el cambio climático. Como parte de su sexto ciclo de evaluación, el Grupo de Trabajo I del IPCC (2021), llega a las siguientes conclusiones:

“Es inequívoco que la influencia humana ha calentado la atmósfera, el océano y la tierra. Se han producido cambios rápidos y generalizados en la atmósfera, el océano, la criosfera y la biosfera”.
“Los cambios recientes en el clima son generalizados, rápidos, se están intensificando y no tienen precedentes en miles de años”. “El cambio climático ya está afectando a todas las regiones de la Tierra de múltiples formas”.
“Los cambios que experimentamos aumentarán con un mayor calentamiento”. “No hay vuelta atrás para algunos cambios en el sistema climático… Sin embargo, algunos cambios podrían ralentizarse y otros podrían detenerse limitando el calentamiento”.
Dentro de las evidencias del cambio climático se encuentran:
Aumento de la temperatura promedio global de la superficie de la Tierra, atmósfera y océanos.
Cada uno de los tres últimos decenios ha sido sucesivamente más cálido en la superficie de la Tierra que cualquier decenio anterior, desde 1850.
Las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de las actividades humanas son responsables de un calentamiento de la temperatura media mundial de aproximadamente 1.1 °C desde 1850-1900 a 2020. Se prevé que la temperatura mundial promediada durante los próximos 20 años alcanzará o superará un calentamiento de 1.5 °C.
Aumento de la temperatura superficial de los océanos
El océano global se ha calentado más rápido durante el siglo pasado que desde el final de la última transición deglacial (hace unos 11.000 años). A escala mundial, el calentamiento del océano es mayor cerca de la superficie. Es prácticamente seguro que la capa superior del océano (75 m superiores) se haya calentado a partir de 1971.
Aumento del promedio mundial del nivel del mar
El calentamiento del sistema climático ha provocado un aumento medio mundial del nivel del mar debido al derretimiento de las capas de hielo y la expansión térmica ocasionada por el calentamiento de los océanos. De 1971 a 2018 el 50% del aumento del nivel del mar correspondió a la expansión térmica del océano, mientras que el derretimiento de los glaciares contribuyó con un 22%, de las capas de hielo un 20% y los cambios en el almacenamiento de agua terrestre un 8%. Sin embargo, recientemente la tasa de pérdida de las capas de hielo se ha multiplicado por cuatro entre 1992-1999 y 2010-2019, por lo que de 2006 a 2018 fueron los principales contribuyentes al aumento medio global del nivel del mar durante 2006-2018. Desde mediados del siglo XX, el ritmo de la elevación del nivel del mar ha sido superior a la media de los tres últimos milenios. Durante el periodo 1900-2018, el nivel medio global del mar se elevó 20 cm.
Acidificación del mar
Un efecto importante que ocurre en los océanos, es la absorción de cerca del 30% del CO2 atmosférico.
El CO2 emitido por actividades humanas también es absorbido y acumulado en los océanos, lo que está causando su acidificación. El CO2 reacciona con el agua de mar formando ácido carbónico. Si el nivel de acidez se eleva, el agua del océano se torna corrosiva, lo que literalmente disuelve las conchas, caparazones y esqueletos de muchas especies marinas. La acidificación pone en peligro la capacidad de desarrollo de estos organismos, poniendo en riesgo toda la red trófica marina.
En los últimos 50 millones de años se produjo un aumento a largo plazo del pH de la superficie del océano abierto. Sin embargo, el pH tan bajo (ácido) de la superficie del océano abierto de las últimas décadas es inusual en los pasados 2 millones de años.
